Entre el 29 de octubre y el 2 de noviembre de 2008 en la Universidad de Santiago de Chile se desarrollará el Congreso de «Ciencias, tecnológí­as y culturas. Diálogo entre las disciplinas del conocimiento. Mirando al futuro de América Latina y el Caribe«. Según el sitio:

«La Universidad de Santiago ha decidido lanzar una importante iniciativa que se dirige a tres objetivos: 1.- Contribuir al diálogo e intercambio entre las diversas disciplinas, 2.- Fomentar la discusión sobre la tarea intelectual en una rezagada América Latina en el marco del bicentenario, y 3.- Generar un gran movimiento de coordinación que comprenda a personas e instituciones que producen y difunden el conocimiento para desarrollar las fuerzas productivas intelectuales.«

En el evento se desarrollará una Mesa Temática sobre: «Temas, problemas y nuevos desafí­os de la Historia Social de la Educación». A continuación se describe la mesa y los plazos:

Coordinadoras:

-Dra. Alicia Civera Cerecedo. Colegio Mexiquense.
México: acivera@cmq.edu.mx

-Dra. Lucí­a Lionetti. UNCPBA-FCH-IEHS.
Argentina: lucialionetti@ciudad.com.ar

-Dra. Ariclé Vecchia. Universidad de Sao Paulo.
Brasil: arikele@hotmail.com ; avecchia@ig.com.br

«Tal como ha sido dicho, los procesos educativos se insertan en un proceso global de la sociedad. No es la educación la que conforma la sociedad de cierta manera, sino la sociedad la que, conformándose de cierta manera, constituye la educación de acuerdo con los valores que la orientan. Tal parece que la educación ha sido considerada al mismo tiempo, y sin entra°ar contradicciones, con una función reproductiva y como palanca de cambio. Sin dudas, el enfoque culturalista el que mejor nos introduce en la cuestión de la historicidad del fenómeno educativo. Desde esa perspectiva, la educación se contempla como un bien de cultura, como conservadora de cultura y como transformadora de cultura. Todas esas caracterizaciones relacionan educación e historia puesto que subrayan el hecho de que cada sociedad, en cada época histórica, ha defendido una determinada concepción de la educación y de las formas de practicarla. De tal modo que, la Historia de la Educación es la historia de los distintos enunciados que de la misma se han hecho diacrónicamente y sincrónicamente, y de las prácticas que ha dado a lugar.

Aceptar esta cuestión implica reconocer al mismo tiempo que, todo fenómeno educativo, toda teorí­a, idea y práctica educativa se inscribe en un determinado contexto social, polí­tico, económico y cultural. Para saber cómo y comprender cómo lo educativo incide en ese contexto, se debe abordar su análisis desde una perspectiva interdisciplinar. El desafí­o que implica su estudio lleva a que además de historiadores y cientistas de la educación se sumen profesionales de otras disciplinas, diferentes pero afines, como la antropologí­a, la sociologí­a, la psicologí­a, ciencias de la comunicación, entre otras.

La complejidad del fenómeno educativo y del propio concepto de educación que los investigadores utilizan actualmente, imponen una redefinición del objeto de conocimiento de lo que constituye el campo de la Historia de la Educación. Desde ese lugar es que los especialistas de la historiografí­a educativa han anunciado la emergencia de una “Nueva Historia de la Educación” y, con ello, el giro hacia la historia social con la pretensión de atender a la globalidad del hecho educativo. Esa historia social de la educación que pone énfasis en la consideración de las variables que definen el contexto en que nacen y se desarrollan los discursos, las estructuras y las prácticas educativas así­ como a los sujetos sociales involucrados dan cuenta de los “sí­ntomas de cambio” en el recorte de los problemas estudiados, en los modelos explicativos y en la metodologí­a. Pues bien, lejos de haberse consolidado o abandonado, esta historia de la educación en cambio se encuentra en pleno proceso de construcción. Una renovación que, como suele suceder, tiene más herencias que las que está dispuesta a reconocer. Esa investigación en el conjunto de nuevos temas exige la pluralización de repertorios de fuentes habituales, de una revisión de los criterios de periodización, atender las perspectivas de las macro polí­ticas educativas en diálogo con las aproximaciones micro que focalicen la mirada en las instituciones, las prácticas y los sujetos sociales para detectar el pulso y la dinámica propia de esta dimensión de la realidad educativa. A partir de esta redefinición del objeto de la Historia de la Educación, de los renovados tratamientos y problemáticas, que exigen el diálogo interdisciplinario entre investigadores provenientes de distintos campos, trayectorias profesionales y de distintos niveles educativos (universitario, terciario y secundario), nos proponemos en esta mesa analizar un abanico de cuestiones que recorren temáticas como:

La fecha lí­mite para enviar los resúmenes (media página) será 30 de mayo. El texto definitivo de las ponencias se deberán presentar para el 10 de setiembre. Los montos de inscripción son para ponencistas profesionales US 90, para ponencistas estudiantes de postgrado US 70, para personas sin ponencia US 35. Se enviará número de cuenta para cancelar por internet.»